Las lesiones que asientan en los nervios se pueden dividir a su vez en tres grandes grupos, según su causa , pronóstico y curso evolutivo: la compresión crónica producida a nivel de estrechamientos en su recorrido, al pasar por túneles o canales óseos o ligamentarios, el traumatismo provocado por elementos punzantes, proyectiles de arma de fuego, fragmentos óseos, elementos cortantes, avulsiones de plexo braquial, lesiones del nervio facial durante la cirugía de tumores cerebrales, etcétera, y los tumores de los nervios. La decisión de intervenir quirúrgicamente a un enfermo debe ser efectuada en el momento adecuado. Si se hace muy tempranamente, se limitan las posibilidades de recuperación espontánea del nervio. En cambio, si la decisión es demorada demasiado, el músculo que no posee inervación se atrofia y degenera, lo cual hace mas difícil la recuperación ulterior.
Las diversas técnicas que forman parte para resolver los problemas de los pacientes.
-Neurotización: A diferencia de lo que ocurre con el cerebro y la médula espinal, donde el efecto beneficioso de la cirugía radica en la descompresión del tejido neurológico afectado por la noxa, la cirugía de los nervios periféricos y los plexos brinda la oportunidad única de crear nueva función donde no la había, por intermedio de la neurotización, que es el proceso mediante el cual un músculo denervado por la enfermedad del nervio que normalmente lo inerva, recibe inervación a partir de un nervio sano adyacente. Este proceso habitualmente demora entre 6 y 18 meses en producir una contractura muscular evidenciable y eventualmente útil, período durante el cual el paciente es asistido por los especialistas en rehabilitación de manera intensiva. La neurotización se utiliza en los casos en los que no es posible reconstruir la transmisión axonal del nervio.
-Neurorrafia: En cambio, si se hallan los extremos seccionados de un nervio, estos se deberán unir con técnica microquirúrgica, procedimiento llamado neurorrafia. Si dichos extremos se hallan muy alejados uno de otro, por pérdida de sustancia, se debe evitar la sutura bajo tensión, por lo cual se interpone un injerto entre los cabos.
-Neurolisis: Es otro recurso técnico que posee la neurocirugía periférica. Se trata de la descompresión efectuada en un nervio que no ha sido cortado por completo, sino que está “apretado” por una cicatriz fibrosa o ligamentaria, provocada a su vez por el trauma. La respuesta favorable a esta técnica habitualmente es observada antes que la neurotización y la neurorrafia-inclusive en ocasiones, en el post-operatorio inmediato- y radica en el hecho de que la indemnidad de las fibras nerviosas, que no funcionan debido a la compresión, brinda una rápida reinervacion del músculo afectado.