Las quemaduras alteran las características de la piel, por lo que una piel quemada ha de ser sustituida. Las técnicas para la obtención de piel son los injertos, los colgajos y los expansores.
Los injertos pueden ser de piel parcial o de grosor total. Para las zonas de movilidad como el labio es necesario que la piel sea de grosor total y se obtiene normalmente de detrás de la oreja, del antebrazo etc. Tiene más elasticidad que la parcial y mejores características.
Los colgajos llevan tejido vivo del propio paciente de un lugar a otro. Un tipo particular de colgajos son los producidos mediante la expansión de tejidos. La expansión de piel equivale a un embarazo localizado: se coloca debajo de la piel una bolsa de silicona que lleva una válvula a través de la cual se inyecta suero y se va expandiendo progresivamente durante un mes aproximadamente. La piel sobrante se utiliza para sustituir a la piel dañada o a las cicatrices. En muchas ocasiones podemos utilizar la piel de alrededor para cubrir o donar piel sana a la zona alterada, se denomina colgajo de piel y los hay de múltiples formas y tipos.