Crema Hidratante: aporta un extra de agua a la piel, permitiendo que esta recupere toda la hidratación perdida y no se reseque con tanta facilidad. Además, forman una especie de película protectora en la dermis que la protegen completamente de todos los factores ambientales que puedan llegar a dañarla y a afectar a su buena apariencia, como el sol, el frío o el viento.
Crema Nutritiva: Regenera y renueva la piel. Este tipo de cremas aportan lípidos a la piel, que diferentes tipos de grasa que actúan como una reserva energética y que permite la regeneración celular de la dermis, algo esencial para prevenir el envejecimiento y la formación de arrugas.