La rinoplastia es una intervención de tipo quirúrgico en la que se resuelven principalmente los problemas estéticos de la nariz tales como la giba ósea, el hueso que sobresale del dorso de la nariz (similar a una joroba), las desviaciones hacia la derecha o izquierda de la totalidad de la nariz y las malformaciones congénitas como las secuelas del labio y paladar hendido y otros factores genéticos y las adquiridas en la vida por traumatismos y enfermedades.
La rinoplastia o cirugía de la nariz es una técnica que corrige las malformaciones estéticas de la nariz: puede disminuir o aumentar su tamaño; cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior; estrechar los orificios nasales o cambiar la forma de la punta o del dorso. Corrige asimismo algunos problemas respiratorios.
Durante la primera visita, su cirujano estudiará la forma de la nariz que desea obtener el paciente, teniendo en cuenta sus rasgos actuales. Además de asesorar sobre los múltiples factores que intervienen en la operación y sus resultados.
Antes de desarrollar una rinoplastia, el cirujano debe realizar un análisis prequirúrgico y conversar con el paciente para conocer cuáles son sus pretensiones. El cirujano también tiene la obligación de explicar al paciente los efectos de la rinoplastia e informarlo respecto a cómo se desarrollará la etapa posterior a la operación.
Entre las posibles complicaciones de estas cirugías, aparecen las infecciones, el sangrado postoperatorio y la obstrucción nasal.
La rinoplastia en sí misma puede llevarse a cabo de distintas maneras, que determinará el cirujano de acuerdo al paciente y a su propia experiencia. Cuando ya se completó la intervención, el cirujano apelará a tapones y vendas que, con el tiempo, quitará hasta que el proceso de la rinoplastia ya esté completo